Si la ciudad resulta tan fascinante es, entre otras muchas cosas, por la simultaneidad que propicia. A una geografía en permanente mutación, se une la multiplicidad de sucesos, la infinidad de objetos que se acumulan en sus rincones y las posibilidades de crear recorridos infinitos por sus calles y avenidas. Si se tuviese que hacer un mapa preciso de una ciudad, éste tendría que extenderse más allá de las dos dimensiones y se parecería mucho al dédalo escenográfico que nos propone LUCE (Valencia,1989) en "Estudio de Verano, Galería Alegría", su primera exposición en nuestro espacio.

LUCE es un merodeador, un agente que deambula por la ciudad con la voluntad de ir realizando sobre ella modificaciones, lecturas y acciones capaces de cambiar la forma del territorio. LUCE también es un recolector que busca y reaprovecha aquellos materiales que, desechados, se arrumban en los márgenes de dicho mapa. Pero, sobre todo, LUCE es un artista que utiliza la imaginación para subvertir nuestras ideas preconcebidas sobre las posibilidades de la vida en el espacio urbano.

En este "Estudio de Verano, Galería Alegría", el artista valenciano nos ofrece el fascinante dibujo de un paisaje posible. Nos muestra que, entre los resquicios de nuestra cotidianeidad, puede abrirse un ámbito diferente. Un espacio de imaginación, acción y afectos que nos permita establecer una nueva relación con el lugar que habitamos y recorremos cada día, muchas veces sin reparar en el.

Concebida la exposición como una laberíntica escenografía, vemos como surge la pintura en los intersticios de las vallas publicitarias y en la extraña poética del objeto abandonado. Creadas con pintura encontrada en la calle, estas enormes lonas ponen en valor la luminosidad, poética y gestualidad del movimiento, frente a lo ramplón e impersonal del material que le sirve de soporte. Al caminar junto a estas pinturas, es difícil no acordarse de la playa que los situacionistas buscaban bajo los adoquines de Paris. En esta exposición LUCE realiza una búsqueda similar: la de la belleza que pueda aparecer bajo un tejido metropolitano no siempre hospitalario.

Planteada como escenografía, mapa o utopía, esta exposición juega con las potencialidades ocultas del espacio urbano. En unas ciudades cada vez más inabarcables y mutantes, LUCE reivindica la imaginación como lente esencial a través de la cual mirar el paisaje que nos rodea. Como herramienta esencial para dibujar ese otro mapa, más complejo, preciso y humano, en el que tengan cabida todos los sucesos que una ciudad es capaz de acoger.