¿Qué es pintar? ¿Qué es pintura? ¿Cuál es el lugar donde una pintura se realiza? Y, sobre todo, ¿qué es lo que un pintor lleva a cabo desde que prepara una tela hasta que contempla la obra finalizada? David Roth (Viena,1985) ha estructurado buena parte de su práctica pictórica y conceptual en torno a estos interrogantes, que se ponen de manifiesto en Method Acting, su primera exposición en Galería Alegría y primera muestra en nuestro país. 

El trabajo de David Roth es expansivo y complejo, creando líneas de trabajo que conectan con  terrenos como el del arte conceptual o el land-art. Se distingue, sobre todo, por constituir una exploración, inteligente y penetrante, de la relación de la pintura con su entorno, de los límites físicos de los soportes de dicha pintura y de la vivencia del pintor durante el tiempo de creación de la obra. 

El título, Method acting, evoca el método interpretativo de Konstantin Stanivslaski, en el que el se prima la acción exterior frente a una subjetividad que debe reducirse a su mínima expresión. Partiendo de esta premisa, Roth ha trasladado sus lienzos a través de espacios abiertos y de bosques umbríos, ha experimentado con pintura fluorescente y ha utilizado flores a modo de pinceles, tratando de averiguar qué parte del trabajo subjetivo del artista sobrevive a dicho proceso. 

Así, en esta exposición, nos encontraremos un disco lunar pintado, desde el suelo, con una pértiga, mientras se mantiene suspendido en los árboles en una noche de luna azul. Veremos un gran lienzo que, arrastrado por el bosque por el propio pintor, se convierte en testigo de la distancia y del esfuerzo. O tendremos ocasión de apreciar sus  características flower paintings y preguntarnos dónde da comienzo la naturaleza de la pintura ¿En el gesto de coger un manojo de hierbas y usarlas a modo de pincel o en el resultado que queda en el lienzo?  En todos los casos, hay una interesante reflexión sobre la autonomía de una obras que siguen reverberando - una vez que artista y espectador se han marchado, y no hay luz para sostener su artificio -  gracias a su imprimación con pintura fluorescente.

David Roth nos ofrece, en suma, una muestra en la que trata de dilucidar si el cuadro cuenta con la potencia de atrapar medio, tiempo, clima y acción. Y parece reconocer - no sin cierto asombro - que en el acto de pintar hay una radiación única capaz de extenderse más allá de geografías, momentos y espectadores. Una potencia capaz de proyectarse hacia el futuro incierto en el que no queda nadie para mirar y, aún en ese territorio incógnito, conservar su esencia como obra de arte. Tal vez sea éste el elemento más radical de la propuesta de David Roth y el que ubica sus cuadros en un terreno único y excepcional dentro del panorama actual.